En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Expiraste, Jesús, pero la fuente de la vida brotó para las almas, y el océano de la misericordia se abrió para el mundo entero. Oh Fuente de Vida, insondable Misericordia Divina, envuelve al mundo entero y descárgate sobre nosotros. (Repetir tres veces) ¡Oh Sangre y Agua, que brotasteis del Corazón de Jesús como fuente de misericordia para nosotros, en Vos confío!
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre; Venga tu reino; Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; y perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden; y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal, Amén.
Ave María llena eres de gracia. El Señor está contigo. Bendita tú entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.
Creo en Dios Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra del Espíritu Santo, nació de la Virgen María, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y fue sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre todopoderoso; desde allí vendrá a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, en expiación por nuestros pecados y los del mundo entero.
Por Su dolorosa Pasión, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
Rezar el “Padre Eterno” (6) en la cuenta del “Padre Nuestro” y luego 10 “Por Su dolorosa Pasión” (7) en las siguientes cuentas del “Avemaría”.
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
Dios eterno, en quien la misericordia es infinita y el tesoro de la compasión inagotable, míranos con bondad y aumenta tu misericordia en nosotros, para que en los momentos difíciles no nos desesperemos ni nos desanimemos, sino que con gran confianza nos sometamos a tu santa voluntad, que es el mismo Amor y Misericordia.
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